Todavía nos quedaron ganas de patear y depués del barco, marchamos a tomar unas cañas por el barrio judío en los típicos Ruin Bars, fuimos, Tere, Margot, Angeles, Fina, Mailo, Josefina, Rosa y yo, estuvo bien la experiencia, sobre todo para contar la chupa que cogimos de la tormenta que nos cayo.
Rober.
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