Tan pronto como Manolo me informo que volvía a Valverde a dar un curso de saxofón, yo empece a darle vueltas para poder ir, tuve plaza y me apunte. El curso fue de un día, de diez de la mañana a nueve de la tarde, con las paraditas para el café y la comida. Aunque algunas cosas se repiten, me encanta ver a Manolo como vive las clases, como nos va corrigiendo y como nos va puliendo para conseguir el mejor sonido e interpretación de los temas. El año pasado vine encantado del curso y este año también, el profesor de saxo de Valverde, Alvaro, se preocupo en todo momento de nosotros, organizo la comida en el Restaurante Asturias, donde comimos muy bien.
¡Gracias a todos, profesores como vosotras hacen más grandes las escuelas y sobre todo la música!.
Rober.
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