
Potes me encantó, que pueblo tan bonito, paramos en un hotelito muy pequeño en el medio del pueblo, desde donde están mirando mis chicas y esa era la bonita vista que teníamos, me llamó la atención la ducha de la habitación (nunca habia visto algo tan reducido) y también la cocina que tenían en el bar de abajo, más bien diría alta cocina ¡que bien cenamos!.
Rober.
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