Tengo que destacar el día de hoy en la escuela, después de ensayar con el grupo, voy a clase con Manuel Prada, tengo que esperar, antes que yo esta, Fernando con su clarinete y Ana con un saxo alto.
Mientras da la clase a Fernando y luego a Ana, yo estoy con ellos de oyente, pero hoy a Manolo se le ocurrió traer algo para que toquemos juntos, algo muy especial el canon de Johann Pachelbel.
En la clase somos tres saxos altos y un clarinete, Fernando una voz, Ana otra voz y yo otra, Manolo va haciendo alguna voz de las nuestras o improvisa por el camino; no sale mal, memorizamos las primeras notas, son facilitas, nos manda cerrar los ojos, y no medir, no somos capaces, apaga la luz y empezamos a tocar de nuevo, mi pie me traiciona y va marcando el ritmo, con la luz apagada se oye todo, siento el pie de Manolo encima del mio, volvemos a intentarlo, silencio total, solo se oyen las respiraciones y las notas que van surgiendo, nos oímos, vibramos, no se si nosotros o las notas, interpretamos el tema, como verdaderos profesionales o por lo menos a mi me pareció, se me erizaron los pelillos de la espalda, me emocione.
Gracias Manolo estas clases son de las que no se olvidan.
Rober.