Margot encargó una comida de platos típicos manchegos para unos cuantos en un restaurante de cuyo nombre no quiero acordarme, no tenían nada preparado, pero si nos daban filetes y alguna cosa más para poder comer, nos quedamos y gracias a Florín un camarero rumano "de muy buena planta" (según las mozas), pudimos comer, fue tal el desastre, que a mi me venía bien cualquier cosa que trajeran auque no fuera lo que había pedido, Charo se dio cuenta de la jugada e hizo lo mismo, comer no comeriamos, pero risa pasamos una cuanta.
Pueblo precioso con un montón de historia y muchos monumentos que visitar.
Rober.
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