No es la primera vez que vamos a Villafranca a escuchar un concierto de órgano, esta vez fui con Rosa y Elena, pura magia las notas perdiéndose por las cúpulas de la Colegiata de Santa María. Y después del concierto una buena cena en el Mesón Ancares.
Rober.
No hay comentarios:
Publicar un comentario