"En la su boca muy linda
lleva un poco de dulzor;
en la su cara tan blanca,
un poquito de arrebol,
y en los sus ojuelos garzos
lleva un poco de alcohol;
así entraba por la iglesia
relumbrando como el sol.
Las damas mueren de envidia,
y los galanes de amor.
El que cantaba en el coro,
en el credo se perdió;
el abad que dice misa,
ha trocado la lección;
monaguillos que le ayudaban,
no aciertan a responder, non,
por decir amén, amén,
decían amor, amor."
Anónimo, Amancio Prada.
Muy bueno como nos tiene acostumbrados Amancio, la primera vez que lo escuché y en especial el primer tema, casi no reconocí a María José Cordero.
Rober.
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