A este concierto fuimos Elena, Rosa y yo. Desde el principio el volumen fue excesivo y según avanzábamos yo creo que aumentaba o mis oídos ya no aguantaban más. Fue un concierto para olvidar y no solo por su volumen, fui incapaz de escuchar una sola nota grave del saxo, siempre se mezclaban con algún otro instrumento, que lo apagaba totalmente. Es una pena, todos son muy buenos instrumentistas y en cambio juntos formaron un batiburrillo de carallo, como se dice por esta zona.
Rober.
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