Estoy de acuerdo con la crítica especializada, nunca había visto tocar la guitarra con tanta sensibilidad y dulzura, los pianos y pianissimos e incluso los silencios quedaron muy bien, en la Casa de la Cultura no se oía ni respirar, nos metió a todos dentro del concierto desde el principio, la obra de Leo Brouwer es preciosa y Margarita se lució.
¡Ánimo María José !.
Rober.
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