Llevábamos mucho tiempo sin vernos, ni siquiera para tomar un café.
Antonio me llamo y quedamos para cenar, esta vez fuera de casa y elegimos la Casona que ya la conocemos de otras veces.
Nos atendieron muy bien y la cena muy rica.
Como siempre, una larga sobremesa, arreglando el mundo y como no llego el tiempo nos fuimos a tomar una copa al Alquimista, sitio agradable para charlar largamente y seguir arreglando el mundo, el país o lo que cuadre... jeje.
Rober.
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