A el Brujo nadie se lo quiere perder y fuimos, Elena, Anina, Rosa y yo. Como siempre que lo hemos visto, es un verdadero espectáculo ver a este hombre encima de un escenario, juegos de palabras que nos hacían reír, pensar. Sus improvisaciones sobre la actualidad son realmente buenas y no deja títere con cabeza.
Rober.
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